Estamos los que nos hacemos preguntas, preguntas que nadie puede resolver, preguntas de las que nunca sabremos la respuesta. Antes de embarcarnos en algo, por insignificante que sea, nos preguntamos. Y no una ni dos, miles y millones de preguntas.
Y luego están los otros. Que no se lo piensan, simplemente lo hacen, lo viven, lo disfrutan al máximo, y cuando se acaba, lo dejan marchar.
El mundo está dividido así:
Los que nos preguntamos,
y los que follan.
No sé que es peor.